La Costa Brava, situada en el noreste de Cataluña, se extiende desde Blanes hasta la frontera con Francia. Es una región llena de contrastes: pueblos pesqueros con encanto, calas escondidas, acantilados salvajes, cultura milenaria y una gastronomía de primer nivel. A continuación, te presentamos una selección de los 8 pueblos más bonitos y turísticos que capturan la esencia de esta costa mediterránea.
1. Calella de Palafrugell
Encanto marinero y autenticidad catalana
Calella de Palafrugell es uno de los pueblos más icónicos y queridos de la Costa Brava. Antiguo pueblo de pescadores, ha sabido conservar su carácter auténtico a pesar del turismo. Casas blancas, barcas sobre la arena y terrazas frente al mar lo convierten en una postal perfecta.
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¿Qué no te puedes perder?
- Las calas como Port Bo, El Canadell o El Golfet.
- El Camino de Ronda hasta Llafranc (una paseada espectacular cerca del mar).
- El Festival de Cap Roig, con conciertos de artistas internacionales en un jardín botánico espectacular.
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Ideal para: Familias, parejas, y amantes de la calma y la belleza mediterránea.

2. Cadaqués
Arte, natura y mágia en el Cap de Creus
Cadaqués es un pueblo único. Situado en un entorno abrupto y salvaje, ha estado un refugio de artistas e intelectuales como Salvador Dalí, Picasso y Federico García Lorca. Su ubicación aislada ha contribuido a conservar un encanto especial: casas blancas, calles empedradas y un ambiente bohemio.
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¿Qué no te puedes perder?
- La Casa-Museu de Dalí en Portlligat.
- Una excursión en el Parc Natural del Cap de Creus.
- Una puesta de sol desde el Faro del Cap de Creus, el punto más oriental de la península
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Ideal para: Amantes del arte, la natura y los pueblos con personalidad.

3. Begur
Un mirador con vistas al mar e historia colonial
Begur se alza sobre una colina con vistas espectaculares al mar. Es un pueblo lleno de historia, con torres defensivas y casas indianas construidas por los que emigraron a América y volvieron con fortuna.
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¿Qué no te puedes perder?
- Castello de Begur, desde donde se ve toda la costa.
- Las calas más próximas: Aiguablava, Sa Tuna, Sa Riera, Platja Fonda…
- Festival de Música de Begur y la Fira d’Indians, que llena el pueblo de ambiente colonial.
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Ideal para: Quienes buscan playas preciosas, pero también cultura y buenas vistas.

4. Tossa de Mar
Entre castillos y playas de aguas azules
Tossa de Mar es uno de los pueblos con más carácter del sur de la Costa Brava. Su gran atractivo es la Vila Vella, una villa medieval amurallada del siglo XII que se asoma al mar. En su interior, hay calles estrechas, tiendas pequeñas y un ambiente encantador.
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¿Qué no te puedes perder?
- Una visita a la Vila Vella y al Castillo de Tossa.
- Bañarte en la Platja Gran, justo al pie de las murallas.
- Excursiones en barco a calas escondidas y cuevas marinas
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Ideal para: Amantes de la historia, parejas y familias.
5. Pals
Un pueblo medieval entre campos de arroz y dunas
Pals es uno de los pueblos medievales mejor conservados del interior de la Costa Brava. Aunque no está junto al mar, está muy cerca de la playa y destaca por su impresionante centro gótico, con calles adoquinadas, arcos y plazas con mucho encanto.
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¿Qué no te puedes perder?
- Un paseo por el Recinto Gótico y la Torre de les Hores.
- Probar un arroz de Pals en un restaurante tradicional
- La playa de Pals y el Parque Natural dels Aiguamolls del Ter.
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Ideal para: Amantes del turismo cultural y la gastronomía local.
6. Peratallada
Un viaje al pasado medieval
Peratallada es un pueblo de cuento. Situado algo más al interior, es una de las joyas medievales del Baix Empordà. Calles empedradas, arcos de piedra, plazas llenas de flores y arquitectura perfectamente conservada.
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¿Qué no te puedes perder?
- El núcleo antiguo, la muralla y el castillo.
- Comprar cerámica y artesanía local.
- Comer en restaurantes ubicados en antiguas masías o palacetes
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Ideal para: Escapadas de fin de semana, cultura y buena comida.

7. Llafranc
Elegancia mediterránea y tranquilidad
Llafranc, muy cerca de Calella, es un destino discreto y sofisticado. Tiene una playa preciosa, un pequeño puerto deportivo y un paseo marítimo ideal para caminar. La combinación de elegancia, calma y belleza lo convierte en un lugar muy deseado.
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¿Qué no te puedes perder?
- Sube al Far de Sant Sebastià, uno de los más altos de la península.
- Cenar en uno de sus restaurantes con vistas al mar
- Caminar por el Camino de Ronda hacia Calella o Tamariu
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Ideal para: Parejas y viajeros que buscan calidad y descanso.
8. Palamós
Mar, gamba y autenticidad
Palamós combina la vida local y pesquera con el turismo de verano. Es conocido por su puerto, el Museo de la Pesca y su famosa gamba roja, que es una delicia gastronómica. El casco antiguo es animado y auténtico, y sus playas y calas como La Fosca y Cala S’Alguer.
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¿Qué no te puedes perder?
- Una visita al Museo de la Pesca y la lonja.
- Una tapa de gamba roja en la taberna local.
- Una excursión por el camino de ronda hasta Castell o Cala Estreta.
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Ideal para: Quienes buscan una mezcla de playa, vida local y gastronomía.

La Costa Brava es mucho más que sol y playa. Estos pueblos representan lo mejor de su belleza natural, su historia y su cultura. Ya sea paseando por callejuelas medievales o relajándote en una cala escondida, encontrarás tu rincón perfecto en esta costa mágica.